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Dermatitis atópica / Eccema atópico
«La Dermatitis atópica representa una batalla silenciosa entre el cuerpo y sus propios desencadenantes, donde el autocuidado se convierte en la clave para aliviar tanto la piel como el espíritu.»
Dra. María Magdalena Roth, Dermatóloga, Palma
¿Que es la Dermatitis atópica?
La Dermatitis atópica o el Eccema atópico es una condición inflamatoria crónica de la piel caracterizada por picazón intensa, enrojecimiento y sequedad persistente. Aunque puede manifestarse a cualquier edad, es particularmente común en niños, y su prevalencia puede extenderse hasta la adultez. Se asocia con una respuesta inmunitaria hiperactiva y una barrera cutánea debilitada, lo que facilita la irritación y las infecciones. Esta enfermedad no solo afecta la piel, sino que también puede impactar la calidad de vida debido a molestias físicas y efectos emocionales como estrés o insomnio.
¿Qué causa la Dermatitis atópica?
La Dermatitis atópica tiene causas multifactoriales que involucran una combinación de factores genéticos, ambientales, inmunológicos y de la barrera cutánea:
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- Factores genéticos: Personas con antecedentes familiares de enfermedades atópicas (como asma, rinitis alérgica o eczema) tienen mayor predisposición. Mutaciones en genes relacionados con la función de la piel, como la filagrina, afectan la barrera cutánea, haciéndola más permeable.
- Alteración de la barrera cutánea: La piel de las personas con dermatitis atópica tiene una función de protección reducida, lo que facilita la pérdida de agua y la entrada de irritantes, alérgenos y microorganismos.
- Sistema inmunológico hiperreactivo: En estos pacientes, el sistema inmune reacciona de forma exagerada a estímulos normales, generando inflamación crónica y picazón intensa.
- Factores ambientales: Exposición a alérgenos (ácaros del polvo, pólenes), irritantes (jabones, productos químicos) y climas extremos (frío o calor) pueden desencadenar o agravar los síntomas.
- Microbioma alterado: En pieles con dermatitis atópica, se observa un aumento de microorganismos como Staphylococcus aureus, que exacerban la inflamación.
- Estrés: Aunque no es una causa directa, el estrés puede agravar los brotes al influir en el sistema inmune.
Tipos de Dermatitis atópica
El Eccema atópico no se clasifica en «tipos» estrictos, pero puede manifestarse de diferentes maneras según la edad, el lugar afectado y la severidad.
Tratamientos para la Dermatitis atópica
El tratamiento de la Dermatitis atópica se basa en controlar los síntomas, prevenir los brotes y mejorar la calidad de vida. Ademas de evitar los desencadenantes, las opciones más comunes incluyen:
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- Hidratación: Uso de emolientes y cremas hidratantes para restaurar la barrera cutánea.
- Corticoides tópicos: Reducen inflamación y picazón en brotes agudos.
- Inmunomoduladores tópicos: Alternativa a los corticoides, como tacrolimus o pimecrolimus.
- Antihistamínicos: Para aliviar el picor, especialmente nocturno.
- Fototerapia: En casos moderados a graves, exposición a luz UV controlada.
- Inmunosupresores sistémicos: Como ciclosporina o metotrexato, en casos severos.
- Biológicos: Dupilumab, indicado para formas graves.
Prevalencia de la Dermatitis atópica en Mallorca
En Mallorca, la prevalencia del Eccema atópico sigue patrones similares a los observados en otras partes de España y Europa, afectando entre el 2 % y el 15 % de la población, según la edad y la gravedad de la enfermedad. Esta condición es más común en niños, con tasas de hasta el 16,9 % en menores de 5 años, disminuyendo gradualmente a un 7,9 % en niños de 6 a 15 años y a un 1,5 % en adultos mayores de 15 años1.
En Mallorca, el clima influye considerablemente en la aparición y empeoramiento de los síntomas del eccema atópico. El calor y la humedad favorecen la sudoración y alteran el pH de la piel, lo que puede intensificar la irritación cutánea y promover el crecimiento de bacterias.
En nuestra clínica de Palma, la Dra. María Magdalena Roth se especializa en ofrecer tratamientos personalizados para manejar los efectos de estos factores ambientales. Además, proporcionamos educación sobre cuidados específicos de la piel para mitigar el impacto de las condiciones climáticas y mejorar la calidad de vida de los pacientes con Eccema atópico.
Consultar a un dermatólogo para tratar la Dermatitis atópica es fundamental debido a la complejidad de esta condición. Un especialista puede diagnosticar correctamente, diferenciando la Dermatitis atópica de otras enfermedades similares, y ofrecer un tratamiento adaptado a la severidad y características individuales del paciente. Además, puede prescribir medicamentos específicos, supervisar complicaciones como infecciones secundarias, y proporcionar orientación sobre el cuidado diario de la piel para prevenir brotes. Su experiencia asegura un manejo seguro y efectivo, mejorando significativamente la calidad de vida del paciente.
En muchos casos, los niños pueden experimentar una mejora significativa en la Dermatitis atópica a medida que crecen, especialmente alrededor de los 5 a 7 años. Sin embargo, algunas personas continúan teniendo brotes o síntomas a lo largo de la vida. La evolución depende de varios factores, incluidos los antecedentes familiares, el manejo adecuado de la piel y la exposición a factores desencadenantes. Aunque algunos niños «superan» la enfermedad, otros pueden tener que seguir un tratamiento de mantenimiento en la edad adulta.
La dieta puede influir en algunos casos de Dermatitis atópica, especialmente si el paciente tiene alergias alimentarias identificadas, como a los lácteos, huevos o frutos secos, que podrían desencadenar o agravar los síntomas. Sin embargo, no todos los pacientes con Dermatitis atópica tienen alergias alimentarias, y eliminar alimentos sin una evaluación médica podría ser innecesario o perjudicial. Se recomienda consultar a un dermatólogo o alergólogo para identificar posibles desencadenantes dietéticos y diseñar un enfoque personalizado.
Sí, la Dermatitis atópica tiene un componente hereditario. Las personas con antecedentes familiares de enfermedades atópicas, como Asma, Rinitis alérgica o Eczema, tienen mayor predisposición a desarrollarla. Esto se debe a mutaciones en genes relacionados con la barrera cutánea y el sistema inmune, como el gen de la filagrina, que afecta la función protectora de la piel. Sin embargo, aunque la genética juega un papel importante, factores ambientales también influyen en su aparición y severidad.