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Eccema dishidrótico

«La piel, como el alma, reacciona al estrés con brotes de fragilidad. El Eccema dishidrótico nos recuerda que, a veces, la irritación externa es solo el reflejo de una tensión interna no resuelta.»

Dra. María Magdalena Roth, Dermatóloga, Palma

¿Que es el Eccema dishidrótico?

El eccema dishidrótico (también llamado pompholix) es un tipo de dermatitis que se caracteriza por la aparición de ampollas pequeñas y pruriginosas en las palmas de las manos, los dedos y, en ocasiones, en las plantas de los pies. Es una condición recurrente que puede estar relacionada con factores ambientales, genéticos e inmunológicos.

Las manifestaciones más comunes incluyen:

  • Ampollas pequeñas y llenas de líquido en manos y/o pies.
  • Prurito intenso, que puede preceder a la aparición de las lesiones.
  • Enrojecimiento e inflamación de la piel afectada.
  • Descamación y fisuras en la piel después de la resolución de las ampollas.
  • Sensación de ardor o dolor, especialmente en casos severos.
¿Qué causa el Eccema dishidrótico?

Las causas exactas del eccema dishidrótico no están completamente comprendidas, pero algunos factores pueden predisponer o agravar la afección:

    • Estrés y ansiedad (factor frecuente en exacerbaciones).
    • Alergias o hipersensibilidad (metales como el níquel, cobalto y cromo).
    • Exposición a irritantes (detergentes, productos químicos, sudoración excesiva).
    • Climas cálidos y húmedos.
    • Dermatitis atópica previa (frecuente en pacientes con antecedentes personales o familiares).
Tipos de Eccema dishidrótico

Aunque no hay una clasificación estricta, el eccema dishidrótico puede presentarse en diferentes formas según su gravedad:

    • Leve: pocas ampollas, sin descamación ni dolor significativo.
    • Moderado: mayor número de ampollas, descamación y prurito persistente.
    • Severo: ampollas extensas, fisuras profundas, infecciones secundarias.
Tratamiento para el Eccema dishidrótico

El manejo del eccema dishidrótico se basa en el control de los síntomas, la reducción de brotes y la prevención de complicaciones.

  • Terapia tópica: En brotes agudos, el uso de corticoides tópicos de alta potencia, como betametasona o clobetasol, es esencial para reducir la inflamación. Como alternativa en casos recurrentes o para evitar los efectos secundarios de los corticoides, se pueden emplear inhibidores de la calcineurina, como tacrolimus o pimecrolimus
  • Terapia oral (según la gravedad): Para el alivio del prurito, se pueden utilizar antihistamínicos como cetirizina o loratadina. En brotes severos y resistentes, se pueden administrar corticoides orales. Si ocurre una sobreinfección bacteriana, será necesario el uso de antibióticos
  • Opciones avanzadas: En casos crónicos o refractarios, la fototerapia con PUVA o UVB de banda estrecha puede ser una opción efectiva. Para formas graves de la afección, se puede recurrir a inmunosupresores sistémicos, como ciclosporina o metotrexato.
  • Cuidados Generales: Es fundamental mantener una hidratación diaria utilizando emolientes, lo que ayuda a fortalecer la barrera cutánea y prevenir la sequedad. Se debe evitar la exposición a irritantes y alérgenos, tales como metales como el níquel y cobalto, detergentes fuertes y productos químicos agresivos. Para quienes manejan sustancias irritantes, es recomendable el uso de guantes de algodón bajo guantes de vinilo. Además, se debe evitar la humedad excesiva, prestando especial atención a secar bien las manos y los pies después del lavado para prevenir problemas en la piel.
La incidencia del Eccema dishidrótico en Mallorca

Aunque no existen estudios epidemiológicos específicos sobre la prevalencia del eccema dishidrótico en Mallorca, diversos factores ambientales y personales contribuyen a su desarrollo. El clima cálido y húmedo de la isla, sumado al estrés y la exposición a irritantes, crea un entorno propicio para la aparición de esta afección cutánea. Se estima que su incidencia es similar a la de otras regiones con características climáticas comparables, donde entre el 5 % y el 20 % de las dermatitis de manos corresponden a esta variante 1.

En la práctica clínica, el eccema dishidrótico se diagnostica con frecuencia en pacientes con antecedentes de dermatitis atópica o sensibilidad a ciertos metales, como el níquel y el cobalto. Además, la exposición ocupacional desempeña un papel relevante, afectando a profesionales que trabajan en contacto con productos químicos o en entornos de alta humedad, sectores predominantes en la economía mallorquina, como el turismo y la sanidad. La estacionalidad también influye en la enfermedad, con un incremento de casos durante los meses más cálidos, lo que sugiere una relación directa con la sudoración excesiva y la hipersensibilidad a alérgenos ambientales.

Ante esta realidad, Clínica Premier Balear se ha posicionado como un centro de referencia en el diagnóstico y tratamiento del Eccema dishidrótico en Mallorca, ofreciendo un enfoque integral que combina terapias personalizadas con tecnología de vanguardia, garantizando un manejo eficaz y adaptado a las necesidades de cada paciente.

Preguntas frequentes sobre la Eccema dishidrótico:
Acudir al dermatólogo ante la sospecha de Eccema dishidrótico es fundamental para obtener un diagnóstico preciso y diferenciarlo de otras afecciones cutáneas, como infecciones fúngicas o dermatitis de contacto. Un tratamiento inadecuado o tardío puede derivar en complicaciones como infecciones secundarias, fisuras dolorosas y recurrencias frecuentes que afectan la calidad de vida. Además, los especialistas pueden prescribir terapias más eficaces que los tratamientos de venta libre, incluyendo corticoides tópicos de alta potencia, inmunomoduladores o fototerapia. También es clave la identificación de factores desencadenantes para prevenir nuevos brotes mediante medidas personalizadas.

No, el Eccema dishidrótico no es contagioso. Esta afección cutánea no está causada por virus, bacterias ni hongos, por lo que no se transmite de una persona a otra. Se trata de una reacción inflamatoria de la piel relacionada con factores internos y externos, como el estrés, la sudoración excesiva, alergias a metales como el níquel y el cobalto, o la exposición a irritantes. Aunque puede presentar un aspecto llamativo debido a la presencia de vesículas y descamación, no supone ningún riesgo de contagio para quienes rodean al paciente.

Sí, algunas piezas de bisutería contienen níquel o cobalto, metales conocidos por desencadenar eccema dishidrótico en personas sensibles. Los esmaltes de uñas con ciertos químicos también pueden actuar como irritantes.

Sí, el estrés y la ansiedad pueden desempeñar un papel clave en la aparición y agravamiento del eccema dishidrótico. Aunque esta afección tiene múltiples causas, incluyendo factores genéticos, ambientales y alérgicos, el estado emocional influye directamente en la salud de la piel.

El estrés crónico puede alterar la función del sistema inmunológico, aumentando la inflamación y debilitando la barrera cutánea, lo que favorece la aparición de brotes. Además, las personas con eccema dishidrótico suelen experimentar picor intenso, lo que puede generar un círculo vicioso: el estrés desencadena el brote, el picor aumenta la ansiedad y, al rascarse, la piel se irrita aún más, prolongando el episodio.

Diversos estudios han demostrado que el sistema nervioso y la piel están estrechamente conectados a través del eje estrés-cerebro-piel, lo que explica por qué situaciones como exámenes, cambios laborales o problemas emocionales pueden desencadenar o agravar la enfermedad. Además, la falta de sueño asociada a la picazón nocturna puede aumentar la fatiga y el malestar emocional, empeorando aún más los síntomas.

Para minimizar el impacto del estrés en el eccema dishidrótico, es recomendable incorporar técnicas de manejo emocional como la meditación, el yoga, la respiración profunda o la actividad física regular. También es fundamental acudir a un especialista en dermatología para recibir un tratamiento adecuado que controle la inflamación y alivie los síntomas. En Mallorca, Clínica Premier Balear, bajo la dirección de la Dra. María Magdalena Roth, ofrece un enfoque integral para el tratamiento del eccema dishidrótico, ayudando a los pacientes a manejar tanto los factores físicos como los emocionales asociados con la enfermedad.